sábado, 17 de abril de 2010

La actriz, la novia y la princesa

Se inaugura hoy en Victoria & Albert Museum de Londres una exposición sobre Grace Kelly. Hay otras muchas princesas o primeras damas que me gustan más que la monegasca de adopción, pero para tener un bolso de Hermès a tu nombre hay que hacer méritos y la princesa Grace sí los hizo.


Su estilo ha perdurado a lo largo de los años y marcó un hito en su época, además, por eso se le dedica una exposición a ella solita y a su estilo. La vistieron Givenchy, Christian Dior, Oleg Cassini, ... lo mejorcito de la época, vamos.


Pero para mí Grace tuvo un gran mérito: hacer sonreir a Raniero. Desde que tengo uso de razón, siempre recuerdo al rey monegasco con una mirada perdida y triste. La chica debió asustarse el día de su boda al ver la mesita de noche que tenían preparada para los novios. Para mí, una perfecta comparación con el país en el que iba a vivir y reinar hasta su muerte y también en cómo se sentía el príncipe antes de que llegara ella. La imagen habla por sí misma.

En las fotos en las que aparece con Grace y su familia dan a conocer un Raniero radiante y feliz. Su noviazgo fue fugaz, se conocieron y se prometieron a los dos meses, muchos dudaban de la veracidad del mismo -entre los que me incluyo-. Pero creo que fue un apaño que con los años y con el roce fue funcionando, al menos por parte de Raniero, que no puede disimular su felicidad. De Grace Kelly podemos dudar -yo no lo dudo-, ya que pudo ser el papelón de su vida, interpretar a una princesa estilosa y madre entregada.

Su otro mérito: dejar sus genes en la familia real monegasca. Porque a mi que no me vengan, con el estilo se nace, no se hace. Y como muestra, éstos botones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario