miércoles, 30 de septiembre de 2009

Grace Coddington

El pasado martes me encontré sola, por segunda vez en mi vida, en una sala de cine. La primera vez fue con Cometas en el cielo, acabé el libro corre-que-te-pillo para poder disfrutar la película en el cine y no tener que recurrir a otros métodos para verla. Sola en la sala, el acomodador incluso entró antes de comenzar el primer trailer para decirme que no tuviera miedo, que él estaría fuera esperándome. No sé qué me asustó más: lo que impone estar más sola que la una en un cine con capacidad para 500 espectadores o que el acomodador velara por mi seguridad. El libro muy recomendable, triste pero bonito. La peli muy pasable, triste (también) pero con una banda sonora preciosa.

Y ésta segunda vez ha sido con The September Issue, también conocida como la versión real de El diablo viste de Prada. Yo no puedo elegir a ninguna de las dos, no puede compararse un documental sobre "la realidad" con una pelicula de "ficción". Pero debo reconocer que la sensación que recorría los poros de mi piel con los primeros planos de la Wintour en el documental es indescriptible.

La editora del Vogue americano no decepciona. Hierática, inexpresiva, distante, perfeccionista, más que exigente con sus colaboradores y sobre todo PODEROSA. Se dice que se negó a que la mismísima Oprah (otra que se ha apuntado al lobby de la candidatura de Chicago y se ha ido para Copenhague con Mrs. Obama) , otra PODEROSA (también en mayúsculas) apareciera en una de sus portadas hasta que no adelgazara.

En cambio, destaco y titulo mi post de hoy con el nombre de Grace Coddington. ¿Cómo no conocía yo aún a ésta mujer?. Para que me entendáis, es el personaje antagónico de Anna Wintour. Se inició como modelo y un accidente de tráfico truncó su carrera, trabajó en la edición inglesa de Vogue y en Calvin Klein antes de comenzar a hacer las américas justo el mismo día que Wintour. Y ahí está la artista, porque eso es lo que es, con sus 68 años magníficamente bien llevados, al pie del cañon y realizando los mejores estilismos para las mejores sesiones fotográficas. Su creatividad, cercanía y buen rollo enganchan al espectador hasta el punto de quitarle todo el protagonismo a Wintour y convertirse en la heroína del número de septiembre.

No escribo más, porque creo que me he pasado desvelando más cosas de la cuenta, pero creedme, fieles y no fieles (¿o debería decir feligreses?) de la moda, deberes obligatorios para el fin de semana.

p.d. Para los que acaben siendo tan fans como yo, aquí pueden rendirle culto comprándose una genial camiseta.

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